Extraido del libro "Historias de El Lano"
de: Luis Miguel Piñera Entrialgo y
Francisco Javier Granda Álvarez
de: Luis Miguel Piñera Entrialgo y
Francisco Javier Granda Álvarez
Central La Electra
Molina
- Foto cedida por Mari Paz -
Lo importante es seguir quedando
Un compañero me envió este mensaje, mi pregunta es: ¿En qué fase estamos nosotros?
¡¡Lo importante es seguir quedando!!
Un grupo de amigos cuarentones se encuentran para elegir el sitio donde van a cenar todos juntos. Finalmente se ponen de acuerdo en cenar en el restaurante del Palacio de la Bellota, porque las camareras son guapas, llevan minifalda y escotes generosos.
Diez años después, los mismos amigos, ya cincuentones, se reúnen de nuevo para elegir el restaurante donde ir a cenar. Finalmente se ponen de acuerdo en cenar en el restaurante del Palacio de la Bellota, porque el menú es muy bueno y hay una magnífica carta de vinos.
Diez años después, los mismos amigos, ya sesentones, se reúnen de nuevo para elegir el restaurante donde ir a cenar. Finalmente se ponen de acuerdo en cenar en el restaurante del Palacio de la Bellota, porque es un sitio tranquilo, sin ruidos y tiene salón para fumadores.
Diez años después, los mismos amigos, ya setentones, se reúnen de nuevo para elegir el restaurante donde ir a cenar. Finalmente se ponen de acuerdo en cenar en el restaurante del Palacio de la Bellota, porque tiene acceso para minusválidos e incluso hay ascensor.
Diez años después, los mismos amigos, ya octogenarios, se reúnen de nuevo para elegir el restaurante donde ir a cenar. Finalmente se ponen de acuerdo en cenar en el restaurante del Palacio de la Bellota, y todos coinciden en que es una gran idea porque nunca han estado allí.
¡¡Lo importante es seguir quedando!!
Un grupo de amigos cuarentones se encuentran para elegir el sitio donde van a cenar todos juntos. Finalmente se ponen de acuerdo en cenar en el restaurante del Palacio de la Bellota, porque las camareras son guapas, llevan minifalda y escotes generosos.
Diez años después, los mismos amigos, ya cincuentones, se reúnen de nuevo para elegir el restaurante donde ir a cenar. Finalmente se ponen de acuerdo en cenar en el restaurante del Palacio de la Bellota, porque el menú es muy bueno y hay una magnífica carta de vinos.
Diez años después, los mismos amigos, ya sesentones, se reúnen de nuevo para elegir el restaurante donde ir a cenar. Finalmente se ponen de acuerdo en cenar en el restaurante del Palacio de la Bellota, porque es un sitio tranquilo, sin ruidos y tiene salón para fumadores.
Diez años después, los mismos amigos, ya setentones, se reúnen de nuevo para elegir el restaurante donde ir a cenar. Finalmente se ponen de acuerdo en cenar en el restaurante del Palacio de la Bellota, porque tiene acceso para minusválidos e incluso hay ascensor.
Diez años después, los mismos amigos, ya octogenarios, se reúnen de nuevo para elegir el restaurante donde ir a cenar. Finalmente se ponen de acuerdo en cenar en el restaurante del Palacio de la Bellota, y todos coinciden en que es una gran idea porque nunca han estado allí.
Rocío Dúrcal
- Foto cedida por Mari Paz -
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